31 de diciembre de 2014

Mi balance del 2014

¡Allé voooooooy!
Lo sé. Esto lo hace todo el mundo. Esto no es original. No más comer doce uvas hoy. Pero mira, quería hacerlo. Así que allévoy. Sí, ahora tengo complejo de Cloud Strife. ¡Dejadme ser feliz!

¿Cómo resumir el 2014 en general? Simple: cuarto annus horribilis consecutivo. Aunque, a diferencia de 2013, acabo mejor de lo que lo empiezo, lo cual está muy, pero que muy bien. Pero ojo, que lo acabe mejor que el anterior no quiere decir que sea bueno. Porque no lo es.

Lo más importante y casi lo único que me ha dado alegrías ha sido el escribir. Siento que este año ha sido cuando más he avanzado. Sé que hasta marzo no me he puesto las pilas, porque realmente me encontraba mal, pero a partir de ahí parece que en ese aspecto las cosas han ido a mejor. Y pienso mantener la racha este año. Sé que no tengo mucho tiempo para coger el lápiz y llenar mis libretas, pero ganas no me faltan.

¿Salud? ¿Dinero? ¿Qué es eso? Vivo con lo justo y al menos no me he puesto muy enferma. No mucho quitando los típicos constipados y dolores de estómago. Así que en este aspecto salgo neutral. A ver si este año nuevo mejoro económicamente, que le estoy echando ganas.

¿Quieres esta pera, Cloud?
Vida social: MEEEEEEEH. Este año he salido muy desencantada. Y cuando digo desencantada es FUS, FUS, FUERA. Quitando algunas personas que han demostrado ser abiertas de mente y ser amigos de verdad, la verdad es que este año ha sido una auténtica porquería. De cada tres personas que había en mi vida, una o menos merecían la pena. El resto... Bueno, que sean felices haciendo sus cosas. Yo no quiero perder el tiempo con gente, quiero pasarlo con personas. No sé si se comprende.

Al menos las personas que he conocido este año son de lo mejorcito. Es la otra cosa con la que me quedo de este año.

¿Amor? MEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEH. Lo siento, pero yo ya estoy cansada de esforzarme para recibir la hostia a cambio. Así que hagamos una cosa: si no tienes algo mejor que ofrecerme que mi querido amor platónico Sephiroth, no lo intentes. Él al menos no me hace daño. Ya es más de lo que puede decir muchísima gente.
Momento del año: ir al Domino's con mi compañero de piso y que nos sirvan dos pizzas al precio de una. Wow, such pizzas, many descuento.  
Y aquí acaba mi caótico resumen. Sé que he usado expresiones muy personales y quizá necesitéis preguntar alguna cosa para comprenderlo todo, pero los "meh" eran necesarios, lo prometo. Y siento los guiños a Final Fantasy VII, pero es lo que hay. Me llevo la satisfacción de haberlo jugado este año. Lástima que no lo hubiera podido hacer antes.

9 de diciembre de 2014

Neurodivergente

Nota: he cambiado el título de "Neuroatípica" a "Neurodivergente", pues no es correcto usar la primera palabra. No somos atípicos, en todo caso formamos parte de una diversidad. Espero que lo entendáis.
Esta entrada de blog se sale, y mucho, de lo que habitualmente suelo escribir aquí. Esto no es un blog personal y no quiero que se convierta en uno. Pero a veces es necesario escribir ciertas cosas. Ya no por gusto estético, sino por pura terapia con uno mismo.

Me imagino que más de uno habrá acabado aquí por curiosidad. Y luego también habrá gente que no quiera seguir leyendo. Cada cual que se sienta libre de hacer lo que quiera, pues ya que yo tengo la libertad de escribir o no lo que considere conveniente, el lector debería tener el mismo privilegio.

No me gusta mucho hablar de ello, pero como he admitido en más de una ocasión, soy Síndrome de Asperger. Aunque tiene sus ventajas, a veces siento que los inconvenientes son más y peores que los beneficios. No obstante, me acepto y me quiero tal y como soy, y lo mínimo que puedo esperar de la personas que me rodean es justamente eso: que me acepten con mis virtudes y mis defectos.

De hecho, para aquellos que están hartos de verme bromear sobre el día en el que haga una especie de manual de instrucciones para tratar conmigo, quizá esto es lo más parecido que exista en Internet: Ser Mujer Asperger y no morir en el intento. No lo he escrito yo, sino Eme San, otra chica que comparte mi síndrome y, de paso, la pasión por escribir. Aunque en su caso se inclina por la homoerótica. Si os gusta el género, ya sabéis por dónde empezar.

Volviendo al hilo principal: he leído y releído esa entrada de blog y me identifico con la práctica mayoría de las cosas. Me arreglo cuando y como quiero, y solo para mí. Normalmente se me toma por infantil o inmadura por mi forma de ser, y la verdad es que no puedo vivir sin libros y videojuegos de fantasía. Y eso solo destacando tres rasgos que cualquiera puede ver de mí, porque como empiece a desmenuzar la entrada, acabo pasado mañana, como mínimo.

¿Por qué escribo esto? Bueno, porque cada SA es un mundo. Sí, por si no lo sabíais. Además, tal y como está indicado en la entrada que os he enseñado, hay diferencias muy notables entre chicos y chicas. Es lo que tiene ser neurodivergente. Y en mi caso no iba a ser menos.

Como siempre le he visto decir a Eme San, el Asperger rara vez viene solo. Aunque a mí no se me ha diagnosticado nada además del propio síndrome, llevo unos años notando que tengo serias dificultades para distinguir la izquierda o la derecha. O memorizar secuencias numéricas o diferenciar cifras. O, en menor medida, tiendo a alterar el orden de determinadas letras en algunas palabras. En principio esto no me había traído muchos problemas, hasta hace relativamente poco, que llevo mucho tiempo acumulando estrés por ciertas cosas y sin quererlo he provocado problemas un tanto graves. Según un conocido, esto que me ocurre podrían ser problemas de lateralidad o quizá discalculia. Yo no lo tomo como un diagnóstico, pero sí como una buena señal de advertencia.

Aunque normalmente yo era (y soy) una persona que no socializa y tampoco disfruta haciéndolo salvo con ciertas personas con las que ya tengo una confianza muy, muy estrecha; también me he dado cuenta de que he desarrollado cierta fobia social e, incluso, mutismo selectivo. Lo paso realmente mal cuando un completo y absoluto desconocido me habla por la calle. Y más si lo hace de modo que me sorprende, pues con toda probabilidad estoy pensando en mis cosas y/o escuchando música. Y creedme, me sienta muy mal cuando me hacen eso. Es como si estuviera encerrada en mi burbuja (o mi espacio personal, como gustéis) y alguien la explota con un palito. ¡NO, NO Y NO!

Sí, esto también tiene que ver con este otro punto: últimamente algunos amigos me atosigan (o al menos así es como me hacen sentir a veces) para que salga de casa, conozca gente y esas cosas. Como ya he dicho, me incomoda mucho socializar con gente que no conozco. Ya no solo porque no me siento para nada cómoda en el mundo neurotípico, sino porque llevo una época en la que me siento decepcionada con la práctica mayoría de personas que he conocido, y a veces me siento tan dolida que ni siquiera tengo fuerzas para construir algo nuevo. Así que me siento más cómoda en mi casa y haciendo mis cosas. Quizá algún día cambie de opinión, pero hoy poy hoy, no quiero conocer a nadie. Ni como amigo. Ni como pareja. Ni como nada.

De hecho, ahora que lo pienso, lo único que quiero que entre en mi vida es un gato. Ni más ni menos.

Y ya, para rematar mis singularidades, a veces tengo capítulos de disforia. No quiero aclarar muchos detalles sobre este punto, pues aunque yo sé muy bien lo que es esto y por qué sucede, tengo que admitir que la inmensa mayoría de personas que me rodean no están listas para comprender de forma total o parcial todo lo que significa esto. Simplemente, a veces siento que nada de lo que me rodea tiene que ver conmigo. Ni mi propio cuerpo. Así que imaginad.

Cuidado, yo no quiero cambiar. Sé muy bien qué soy, quién soy y por qué soy así. No quiero cambiar. Y la verdad es que tampoco puedo. ¿Pero qué pasa? Para bien o para mal, existo. Y claro, simplemente por eso no me queda más remedio que interactuar con el medio. Entonces, ¿a santo de qué este tocho?

Bueno, no sé si has llegado hasta aquí. Quizá haya sido un tostón leer todo esto, y más si no tienes ni repajolera idea de psicología. La verdad es que probablemente yo no lo leería, a menos que esto lo hubiera escrito alguien a quien apreciara muchísimo. ¿Pero por qué lo hago?

Supondré que sois personas que entráis dentro del espectro neurotípico. Os lo definiría, pero seguramente mis palabras no puedan daros una idea exacta sobre el significado de esa palabra. Pero, lo seáis o no, mi mensaje se puede resumir en una frase: detrás de esa persona que ves en la calle, quizá tú solo veas a una persona con dos ojos, dos orejas, una boca y una nariz, pero es posible que esa persona que a tus ojos sea normal y corriente, tenga algo que la haga diferente de las demás personas. Por si no somos ya bastante diferentes.

Abrid vuestros ojos y preparaos a aceptar a aquellos que no son como vosotros. No temáis a lo desconocido, pues solo superando ese temor conoceréis personas maravillosas. ¡Pero ojo, respetad su manera de hacer las cosas! Es tan válida como la vuestra, ¿no os parece?

17 de noviembre de 2014

Capítulo 21 - No hay NaNoWriMo para ti

Sí, como leéis. No hay NaNoWriMo para mí. Bueno, en realidad sí que hay NaNo. Lo que no hay es TIEMPO.

Tuve que dejar el NaNo hace ya unos cuantos días porque me estaba dando cuenta de una cosa: aunque podía escribir de sobra las 1.667 palabras diarias sin complicarme demasiado, lo cierto es que el tiempo que le dedicaba en realidad lo necesitaba para otras cosas. Resumiendo: que por ponerme en serio con el NaNo descuidé cosas aún más importantes.

Mi intención es seguir con Sephiroth's Inferno para cuando tenga tiempo. Si todo va bien, a finales de diciembre podría seguir escribiendo. O, si no sale del todo bien, ya en enero.

Creedme, soy la primera a la que le fastidia muchísimo haber tenido que droppear de esta manera, pues me encantaba mi historia y como la estaba desarrollando. Por eso me apetece seguirla. Creo en ese proyecto y sé que si me esfuerzo puede salir un buen crossover. Aunque pase sin pena ni gloria. Pero con que lo lea alguien y le guste, yo ya me doy por satisfecha.

Si todo va bien, procuraré que antes de final de mes tengáis aquí el primer capítulo corregido. El prólogo no sé si ponerlo, pues al fin y al cabo es un resumen muy resumido de la historia de Sephiroth en Crisis Core y Final Fantasy VII. No hace falta saber con detalle quién es Sephiroth para entender la historia, pero si me doy cuenta de que sí que lo es, también lo colgaré.

Y no, el final real no se parece en nada a lo que ya hay aquí de Sephiroth's Inferno. Desde este momento, voy a poner que es un protoproyecto para que nadie se sienta spoileado al leer eso. Básicamente porque ahí no habrá spoiler que valga, desde que nació la idea hasta ahora el Noveno Círculo ha cambiado.

Por último, pero no menos importante, la reacción de Sephiroth al saber que hasta dentro de dos meses no podré seguir haciendo que le pasen perrerías en el Infierno.


21 de octubre de 2014

Amantes

Al fin tenía a esa persona para ella. Aunque solo fuera un sueño que se desvanecería con el primer rayo de luz. Pero había esperado aquello durante tanto tiempo que le daba igual que no fuera real.

Sin pensarlo, se lanzó hacia sus brazos y buscó el calor de su cuerpo, aquel que tanto había extrañado cada noche.

—Puedo oler tu perfume —le susurró sensualmente.

—Yo puedo sentir tu piel.

Los amantes se miraron a los ojos y, extasiados por la emoción del encuentro, se dejaron atrapar por aquel beso que aún no podía escapar de sus labios. Era mucho más cálido y pasional de lo que nunca habían llegado a imaginar, haciendo que el deseo que dormía dentro de ellos despertara de una forma muy violenta.

Procurando no cortar aquel beso tan caliente, dejaron que sus manos recorrieran cada rincón de su piel, apartando como podían la tela que les cubría. Mientras, sentían que sus ganas de tenerse el uno al otro crecían como las llamas en un incendio. Lentamente, pero de una forma que hacía que fuera difícil mitigar aquellas sensaciones.

—Todo esto acabará cuando me despierte.

—Entonces no despiertes nunca —le sugirió mientras llevaba sus labios hacia el fino y delicado cuello de la chica.

—Pero mañana volveré a soñar esto.

—¿Nunca te has preguntado cómo acaba?

—Lo sabes tan bien como yo.

Su intimidad latía con fuerza, pues sabía que pronto iba a amanecer. Y aquello significaba que él no sería suyo por otra noche más. No obstante, el deseo que sentía por el hombre al que abrazaba era tan fuerte que se planteó seriamente el resistir su impulso natural de despertar, para satisfacer el vacío de amor y lujuria que refrenaba la distancia que les separaba.

¿Y si lo intentaba y se emborrachaba de pasión?

4 de octubre de 2014

Capítulo 20 - Pseudoeditoriales

Hace unos días, mientras revisaba mi perfil en Twitter, encontré una mención que no me esperaba para nada. Era una pequeña editorial que se había puesto en contacto conmigo ofertándome publicar mi posible libro sin exigirme mínimos de venta ni cobros por adelantado, adjuntando una dirección de correo electrónico.

La curiosidad mató al Skitty, como suelo decir, así que consulté tanto su página web como su perfil de Twitter. ¿Y qué fue lo que encontré? En su web pone claramente que solo están dispuestos a publicar autores residentes en España, mientras que en su cuenta en la citada red social prácticamente todos los tuits eran iguales, cambiando el destinatario.

Entiendo que esta sea la época del año en la que los escritores que tienen manuscritos preparados los van enviando a diversas editoriales para, con suerte, ser publicados en el siguiente año. Comprendo que esta sea el momento idóneo para publicitarse. Pero, en este caso, lo cierto es que no lo están haciendo nada bien. Para empezar porque lo hacen de una manera un tanto aleatoria, pues si se hubieran informado un poco sobre mí antes de mandarme aquel tuit habrían averiguado fácilmente que vivo en Francia, por lo que directamente no estarían dispuestos a ofrecerme sus servicios. Además, destacan de una manera bastante visible el hecho de que no cobran o exigen mínimos de venta, eso sin mencionar que piden el manuscrito completo y prometen dar una valoración en el plazo de un mes como máximo.

Aunque hubiera tenido listo algo para publicar, ¿pensáis que se lo habría confiado? Evidentemente, no.

Si algo he aprendido a fuerza de escucharlo muchísimas veces es que para publicar tu libro no debes pagar. Y, en caso de que te hagan pagar, prepárate para ser blanco de todo tipo de artimañas rastreras, pues ellos ya han cobrado y hecho negocio con tu obra y tus ilusiones. Una editorial de las de verdad no te cobrará, ni a ti ni a tus amigos y conocidos. Y, si lo hace, es coedición consentida o encubierta. Si os intentan exigir dinero en algún momento, lo más sensato que podéis hacer es huir.

El mundo editorial es difícil, lo sé. Y ahora lo es mucho más, pero eso no es óbice para que florezcan editoriales que, en lugar de ofrecerle sueños al mundo, se los roben con sus malas artes.

1 de octubre de 2014

Capítulo 19 - ¿Calentando motores?

Es 1 de octubre y seguro que más de uno ya está calentando motores para el NaNoWriMo, si es que no ha empezado a hacerlo antes. En cuanto a mí, estoy en una de mis famosas fases de indecisión extrema. No sé lo que hacer. Y no me gusta, pues queda un mes y no creo que sea buena idea dejarlo para el último momento.

Resumiendo mi experiencia del año pasado, planeé toda la historia el día antes, pues fue cuando recordé la existencia de este concurso contra uno mismo. Aunque al principio me fue bastante bien, tuve que dejarlo por causas personales. Al final solo hice unas 13.000 palabras. Para ser la primera vez no estaba nada mal. Pero quiero que esta vez sea mejor. Si puedo ganar, pues mejor que mejor.

A día de hoy, sigo dudando muy seriamente sobre lo que hacer. Y tengo tres opciones bastante claras, aunque todas ellas con sus pros e inconvenientes.
  • Wayewta. Esta es, en principio, la opción primordial. El origen resulta un poco extraño, pues realmente esto fue concebido como una partida de Mafia (apuntaos ya que estáis). Sin embargo, si cambio los personajes que usaré, estoy segura de que saldrá una historia de fantasía bastante interesante. La principal ventaja es la ilusión que le tengo a esta idea, mientras que los inconvenientes son que quizá un mes no sea tiempo suficiente para preparar todo lo que seguramente necesite para escribir.
  • Sephiroth's Inferno. En mi orden de prioridades, esta está en segundo lugar. Para que os hagáis una idea de qué puede salir, tenéis disponible este pequeño relato. Quizá no lo use en una posible versión final, pues siento que debo añadir cosas o incluso cambiarlas, pero orienta muchísimo a potenciales lectores. La ventaja es que, al ser un crossover, la parte de preparación está prácticamente hecha. En cambio, el principal inconveniente es que no sé si podré desarrollar una historia lo suficientemente larga o densa como para abarcar un mínimo de 50.000 palabras.
  • Crónicas del Sol Oscuro: El despertar [Corrección y continuación]. La razón por la que este manuscrito está el último en mi lista de prioridades es porque tengo un bloqueo desde hace mucho causado por cierto personaje que siento superior a mí. Las principales ventajas de escoger este escrito para el NaNoWriMo es que automáticamente lo ganaría, pues la versión actual supera las 50.000 palabras, así como que no necesitaría mucha planificación. El inconveniente es que me costaría mucho volver a coger el hilo de todos los cabos sueltos de forma correcta. Pero supongo que tarde o temprano debo hacerlo.
Es 1 de octubre, y más me vale decidirme de una vez por todas. Porque si no lo hago, me cogerá el toro por los cuernos y será mejor que no participe. Decidme que no soy la única que está más perdida que Wally.

23 de septiembre de 2014

El placer de escribir

Sé que habrá gente que llegue a esta entrada de blog y no sea capaz de comprender lo que voy a escribir. Quizá porque sean de ese grupo de lectores que no se ven capaces de cruzar la barrera entre la lectura y la escritura. Tal vez porque sea gente que sí que escribe, pero que realmente no le pone tanta pasión como esto merece. O, simplemente, son personas casuales que encuentran esto por pura suerte.

Seáis quienes seáis, tengo algo que contaros, lo sintáis como vuestro o no. Ese momento en el que coges un montón de folios o una libreta, coges tu lápiz o tu bolígrafo y empiezas a darle forma a las ideas que rondan por tu imaginación es indescriptiblemente placentero. El olor del papel esperando recibir tus palabras, el sonido del lápiz al deslizarse por las hojas, los trazos que vas escribiendo para darle forma a tus ideas... Todo es tan satisfactorio que para una persona que realmente ama escribir se hace demasiado corto.

Habrá gente que piense que el fin primordial de escribir es que nuestras ideas lleguen a los demás, pero la auténtica razón por la que se escribe es otra. Es para disfrutar dándole forma a lo que pensamos. A lo que sentimos. A lo que somos.

21 de septiembre de 2014

¡De aniversario!


Sé que escribo esta entrada un poco más tarde de lo que toca. Sinceramente, hoy he tenido un día un poco ajetreado y hasta ahora no he tenido tiempo para coger el ordeandor y dedicarle un ratito al blog. ¡Lo siento!

La razón por la que escribo esta entrada es porque hace un añito empecé mi particular aventura, abriendo este blog. Ciertamente, lo abrí antes para dejar el diseño listo. Pero el día realmente importante fue el 20 de septiembre, pues fue cuando publiqué la primera entrada. Una presentación bastante mona e informativa, por si a alguien le picaba la curiosidad.

Aunque al principio no tenía planeado subir relatos, me alegro mucho de haber cambiado de opinión, pues considero que ese es justamente uno de los atractivos de este blog. Y eso que ya he tenido algunos blogs en el pasado, pero tengo que admitir que tener un blog y que éste funcione son cosas que realmente no tienen nada que ver.

Gracias a este añito le he perdido el miedo a los concursos. Ahora simplemente les tengo cautela. Ya es un progreso, ¿verdad? Por cosas de la vida, lo cierto es que no he escrito tanto como me hubiera gustado. Y, la verdad, lo más importante que escribí se acabó perdiendo en extrañas circunstancias como cierta 3DS negra que tenía y varios juegos de Pokémon, jum... A pesar de haber sido un annus horribilis en la materia personal, debo admitir que he aprendido mucho. Ya no me siento tan perdida y aislada. Y aunque no lo creáis, eso es muy importante para mí.

Parece que, poco a poco, todo va a mejor. Y eso me anima a querer seguir escribiendo y aprendiendo todo lo que me sea posible, pues es lo que me gusta hacer. Realmente, este viaje solo acaba de empezar. ¿Me acompañáis?

p.d. Para que veáis que hoy ha sido un buen día: ¡me ha tocado un código para la demo especial de Super Smash Bros 3DS! Gracias a La Tribu Gamer por haber tuiteado el código para el tuitero más rápido. Aunque conseguí un código el mismo día de la polémica distribución, decidí compartirlo con un amigo. Se ve que he recibido mi recompensa por ser generosa, vaya...

p.p.d. Siento mucho si la tarta de Nyan Cat os da hambre. Era o poner esa foto o poner cierto gif de Skitty no apto para epilépticos. ¡Necesitaba un poco de ambiente festivo!

p.p.p.d. Se me había olvidado comentar que he decidido unificar las dos columnas en una sola. Opino que ahora se puede leer con más comodidad. No soy fan de los cambios radicales en el diseño, pero ahora está mucho mejor que al principio, ¿no creéis?

16 de septiembre de 2014

Capítulo 18 - De concursos...

Últimamente llevo una racha más o menos buena. En unos meses me he presentado a unos tres concursos y en los tres he sido seleccionada. Vale, no suena igual de bien que ganadora o finalista. Pero que al menos me tengan en cuenta en todos esos concursos quiere decir algo. Que al menos sé juntar letras, algo que no todo el mundo puede decir.

La verdad es que hasta hace poco me mostraba bastante reticente a presentarme a cualquier tipo de concurso o certamen. Cierto es que hay algunos que ya están fallados incluso antes de existir, mientras que otros son totalmente honestos con la mecánica. Pues bien, ahora que afortunadamente he madurado un poco en ese aspecto, intento presentarme a los que sé o, al menos, sospecho, que no se salen de mis posibilidades como escritora. Y, de paso, si son certámenes limpios, mejor que mejor.

¿Pero qué pasa? Que a veces hay bases que son consideradas abusivas. Como aquellas en las que te obligan a comprar el volumen que publiquen con los relatos ganadores si quieres ver el tuyo publicado. O la renuncia a los derechos de autor, algo bastante clásico. O, quizás, el premio, ya sea económico o en especie, sea bastante inferior a las regalías que debería tener el texto premiado en cuestión. Y esas son las más conocidas, que seguro que hay más.

Recuerdo el primer concurso al que me presenté, que dio la casualidad de que lo gané. Era una chica de secundaria que aún no había abandonado el script fanfiquero. ¡Dad gracias a que por entonces no se llevaban las rayitas ni esas cosas! Volviendo a lo que me ocupa: no era una niña, pero tampoco una adulta. Y la verdad es que estaba nueva respecto a esos temas. De hecho, creo que por entonces no tenía totalmente claro si realmente quería dedicarme a escribir o bien veía mi futuro en otra profesión.

Centrándome en lo que verdaderamente me ocupa: si la persona que soy ahora hubiera visto esas bases las hubiera cogido y las hubiera roto en mil pedacitos. Primero porque el premio solo era un ejemplar de la obra y varios libros más del fondo editorial de la organizadora. Segundo porque la obra no generaba derechos de autor. Y tercero porque, para dinamitar todo lo anterior, en la siguiente edición del concurso el premio era un iPad. ¡Con lo bien que me hubiera ido por entonces!

Vale que ahora, más que concursar por el premio, lo hago para decirle al mundo lo que hago y cómo lo hago. Pero sería una hipócrita si os contara que los premios no significan nada. Al menos es un aliciente que te anima a querer continuar haciendo las cosas bien. Eso sí, tened cuidado, que hay gente con la cara muy dura ahí afuera.

7 de septiembre de 2014

Capítulo 17 - El reto de las palabras

¿Habéis probado alguna vez algún ejercicio creativo? Yo suelo hacer algunas cosas para escribir cuando ando falta de ideas, como mezclar dos cosas que me gustan y sacar una tercera que contenga elementos de ambas. O bien intentar escribir de forma automática, sin mucho éxito. Aunque lo que he hecho esta ocasión ha sido un poco más público y trabajoso. ¡Pero no por ello menos reconfortante!

Ayer lancé públicamente un reto en mi perfil de Twitter, mi página de autor en Facebook y un grupo de escritores de la última red social. ¿En qué consistía? Bien, cualquier usuario podía darme cinco palabras cualesquiera a su completa elección. Entonces, yo tenía que escribir un relato de alrededor de 200 palabras usando, al menos una vez, las cinco palabras propuestas. ¿Cómo creéis que me fue?

Hasta medianoche, la hora límite que fijé, recibí unas once propuestas a través de Facebook y una a través de Twitter. Teniendo en cuenta que mis esfuerzos publicitarios se centraron en la primera red social, esta diferencia no debería asustaros lo más mínimo. Lo mejor fue que fui capaz de completar todas las propuestas antes de ese momento, aunque me demoré en colgar la última porque llegó muy justa de tiempo. De todas formas, muchas gracias a todos lo que han hecho posible este pequeño juego colaborando con sus palabras.

Para que vosotros mismos podáis comprobar todo lo que he escrito ayer, os dejo una lista con enlaces a todos los relatos. En cada entrada indico las palabras que me han propuesto y quién lo hizo. ¡Aviso! Es un viaje demasiado trepidante.
  1. Fantasía Final
  2. El agente de aduanas
  3. Quetzacóatl
  4. El nigromante
  5. El portal de los deseos
  6. El payaso y la cornucopia
  7. Adiós
  8. Doctor Ortega
  9. Sirenas
  10. Dulcelandia
  11. En la calle
  12. Hermanas
¿Qué os parece? ¿Os atreveríais a hacer algo así? ¡Espero vuestras opiniones!

6 de septiembre de 2014

Hermanas

Hoy Sofía y Estrella dejaban España. No sabían si era por un tiempo o sería para siempre, pero dejar el país que las había visto nacer era algo que nunca se hubieran imaginado.

Como otras muchas personas, ellas y sus padres se mudaban para prosperar y poder tener una vida feliz sin temer perder el día menos pensado sus empleos o que les quiten libertades sin saberlo. Nadie merecía vivir así.

Las niñas iban sonrientes en el coche. Sabían que el viaje sería un poco largo y tendrían que parar varias veces, pero estaban tan ilusionadas ante las nuevas experiencias que iban a vivir juntas que poco les importaba todo lo demás.

Era cierto que dejaban muchísimas cosas atrás. El colegio en el que habían estudiado desde que eran pequeñas, sus amigas de clase, el parque al que iban a jugar, el kiosko donde compraban golosinas… Eran demasiados recuerdos y no podían llevárselos de forma tangible con ellas, pero esos momentos estarían siempre en sus corazones.

Pero si había algo que iba a acompañar a Sofía y a Estrella allí donde fueran era la gran hermandad que las unía.
Nota de autor: ¡Sorpresa! Este SÍ es el último texto del reto de las cinco palabras, exceptuando uno que es más largo y es más bien una especie de duelo. Las palabras me las ha dado Weny Elena Moreno, desde Facebook. Ha elegido niñas, país, vida, hermandad y experiencias. Además, me ha pedido que utilizara los nombres Sofía y Estrella en, al menos, una ocasión.

En la calle

El desamor fue lo que me llevó a este país. ¿O debería decir despecho? En cualquier caso, los acontecimientos hubieran sido los mismos. No hay oportunidades para mí.

Vivo en el frío de la calle. En soledad. Sin esperar ningún milagro porque yo ya hice todo lo posible para luchar por mí, aunque sin obtener nada. No soy más que una esclava de mi propia impotencia.

Con la tristeza pintada en los ojos, pido a los viandantes cualquier cosa que puedan darme. No quiero dinero, pues no soy una drogadicta. ¡Solo quiero poder echarme algo de comida en el estómago! ¿Es tan complicado de entender?

Por la noche, como hace demasiado frío como para tratar de dormir a la imtemperie, me refugio en un cajero automático. Aunque pueden ser lugares seguros y bastante cálidos, no es la primera vez que llegan a mis oídos noticias de niñatos que, creyéndose mejores que los que terminamos en la calle, deciden quemarnos vivos. O gobiernos que, considerándonos una plaga en vez de un síntoma de los problemas que ocasionan, hacen que los pocos sitios seguros que hay dejen de serlo.

Es muy duro. Tan duro que si me reconocieran lo negaría todo. No es mi culpa, pero sí mi vergüenza.
Nota de autor: Salvo imprevistos, doy por terminado el reto que he estado haciendo todo el día. Las palabras que me ha dado Mariana Palacios (Facebook) para este relato son soledad, frío, desamor, impotencia y tristeza.

Dulcelandia

¿Es esto real? ¿O es tan solo fantasía? Poco importa, pues este mundo es tan alegre y colorido que me encanta. Trenzas de chocolate flotan por el cielo haciendo las veces de nubes, un alien camina por la calle disfrazado de humano anunciando pizzas de fruta y el rey de este mundo resulta ser un perro.

Es todo tan alucinante que no puedo evitar perderme en las calles de esta ciudad que estoy visitando. Los edificios están hechos con bloques de helado, el sol es un disco de plastilina amarilla y las aceras son placas de Lego. Resulta muy estimulante. Por eso todo el mundo sonríe. Por eso me están contagiando su felicidad.

Este lugar es tan especial que los médicos curan el escorbuto con gominolas en vez de con frutas. Aquí nadie tiene caries aunque comen muchísimas cosas dulces y los chicos bailan mientras comen alitas de pollo. Parece un sueño. O una fantasía muy extrema. Pero es tan perfecto que no quiero irme.

—Pobre chica... Necesita una dosis de haloperidol. Está teniendo un delirio bastante… Curioso matizó un hombre con una bata blanca, en la que llevaba una placa que rezaba “Doctor Ortega”.

Está bien, doctor confirmó una enfermera que parecía estar de prácticas. Ahora le suministraré su dosis.

Entonces, lloré. ¿Tampoco había sido real esta vez?
Nota de autor: Solo falta uno por escribir. Las palabras me las ha dado Carlos Peinado desde Facebook y ha escogido haloperidol, trenza, escorbuto, sueño y alien.

Sirenas

A través de los siete mares , ellas eran tan conocidas como temidas. Aunque parecían mujeres normales, de cintura hacia abajo su cuerpo era el de un pez. Eran sirenas, y desde el más despistado comerciante hasta el más avispado de los piratas sabían que ellas eran de todo menos buenas.

La música que ellas hacían salir de sus labios era capaz de atraer a cualquiera hacia las rocas donde ellas reposaban. Por eso, entonaban sus melodías, cargadas de promesas acerca de un paraíso lleno de fuego. Promesas que se rompían en pedazos cuando sus navíos terminaban destruidos al chocar contra sus guaridas. Y ellas gozaban con el fúnebre espectáculo.

Todos lo sabían. Conocían de sobra que escuchar los cantos llenos de lascivia de una sirena era un claro sinónimo de muerte, pero sus melodías eran tan seductoras que no siempre podían resistirse. Por eso, todo aquel que pasara más tiempo en el mar que en tierra firme sabía que no había cuerdas ni tapones suficientes para alejarte de sus designios. Si una sirena escogía tu embarcación, podías darte por muerto.

Así, hasta hoy, ellas siguen siendo las reinas del océano. Aún no existe nada que pueda salvarte de sus sensuales y depredadores cánticos. Si te encuentran, les perteneces.
Nota de autor: Estoy en la recta final del reto. ¡Cuatro horas más! Las palabras de este relato son música, fuego, paraíso, océano y muerte y me las dio Manuel Pérez desde Facebook.

Doctor Ortega

El Doctor Ortega era un hombre peculiar. No por su profesión, no por sus creencias, ni siquiera lo era por la curiosa coincidencia entre su apellido y su marca de café favorita. Simplemente era un hombre que poseía la curiosa contradicción de ser un hombre de ciencias y, a la vez, creer en Dios, tal y como su dije en forma de crucifijo le contaba al mundo.

Sus mañanas empezaban con un repetitivo vals haciendo las veces de despertador. Después de un café cargado con tres copiosas cucharadas de polvo soluble y una ducha con agua fría, luchaba como todo mortal contra el atasco que se originaba en su ciudad en las horas punta.

Aunque, en el hospital, la melodía nunca cambiaba. Desde señores que simplemente tenían el colesterol un poco alto hasta auténticos combates épicos por salvar pacientes de la muerte, pasando por pacientes que se habían hecho daño en el esternocleidomastoideo simplemente por tener una mala postura para dormir.

Muchas veces le habían comparado con cierto doctor televisivo adicto a la vicodina, pero Ortega huía de los tópicos. Se limitaba a ser él mismo. Un hombre de ciencias dentro del hospital. Un hombre temeroso de Dios fuera de él. En resumidas cuentas: un hombre que era feliz con lo que hacía.
Nota de autor: Poco a poco, voy completando todos los retos que me han llegado. Este pertenece a Tiphareth Jardim, de Facebook. Las palabras que ha escogido son colesterol, dije, muerte, vals y esternocleidomastoideo.

Adiós

Ojalá pudiera retener tu sonrisa en mi recuerdo. Ojalá pudiera rememorarte lleno de felicidad. Como si nada de esto hubiera pasado. Pero todo ha acabado, para bien o para mal.

La distancia me es insoportable, el deseo que sentía hacia ti solo se ha convertido en un abismo de odio y oscuridad. ¿Por qué? ¿Por qué las piras de pasión que encendíamos solo con nuestras miradas no han dejado ni las cenizas? Echo de menos tus labios besándome, tus brazos atrayéndome hacia tu cuerpo, tus manos acariciándome y tus ojos desnudándome hasta el alma. Pero de todo aquello ya no queda absolutamente nada.

Entiendo tu desprecio, pues solo por ser mujer no puedo darte lo que mereces. Pero buscando tu cielo has invocado mi infierno. Y allí, en las oscuras cuevas de la soledad, ni la luz de tu sonrisa puede consolarme.

Sé feliz, pues yo ya no puedo hacer nada. Mi poesía me abandona, mis rimas suenan discordantes y mis palabras ni siquiera suenan sinceras. Sé feliz, por todas las veces que me contentaste incluso por tonterías. Sé feliz, insisto. Porque si tú no eres feliz, entonces yo no seré nada.

Y ahora, deja que arda en las llamas de mi corazón roto.
Nota de autor: ¿Pensábais que había terminado? Pues no. Las palabras que me han dado para este relato han sido desprecio, distancia, deseo, sonrisa y recuerdo. Me las ha dado Mar García desde Facebook.

El payaso y la cornucopia

Era la noche de Reyes. Juanjo intentaba dormir, pero estaba tan nervioso que era imposible. ¿Qué regalos le llevarían los reyes ese año? Se sentía inquieto, pues él quería una bicicleta para poder ir al colegio sintiendo la refrescante brisa mañanera del pueblo costero en el que vivía.

El niño cayó dormido, quedando atrapado en un sueño lúcido. Era muy extraño, pero aún así intentó olvidar sus nervios, hasta que vio a un payaso muy colorido y extravagante que le había asustado.

—¡Hola, niñito! Veo que has sido un buen crío. ¡Y mira qué notas! Creo que eres el único que va a poder buscar en mi cornucopia este año…

Juanjo puso cara de sorpresa. ¿De dónde había salido aquel payaso y por qué le ofrecía tan agradablemente hurgar en algo suyo? No lo entendía, pero siguió escuchando lo que tenía que decirle, mientras miraba el cuerno que le esperaba a lo lejos.

Sé que tu deseo es tener una flamante bicicleta, pero tus padres son tan pobres que seguro que no han podido conseguir ninguna. Yo te daré la que ves en mi cornucopia a cambio de una cosa. Quiero que encuentres un corazón de plastilina. ¿Aceptas el reto?

El chico aceptó el reto, sin haberse dado cuenta de que en su mano derecha ya tenía lo que el payaso le pedía. Sin saber que, en cuanto despertara, tendría su regalo al lado de la cama.
Nota de autor: Tranquilos, aún queda para rato. Las palabras que he tenido que usar en este relato son cornucopia, deseo, imposible, lejos y plastilina. Me las ha dado Carlos Merino desde Facebook.

El portal de los deseos

Había sido muy difícil llegar hasta aquel corredor. Se hacía infinito ante sus ojos, pero aquello era por los destellos de luz que eran reflejados por los pequeños fragmentos espejados que estaban entre las rocas.

Aquella aventura no había sido por el poder, ni por salvar el mundo, ni nada parecido. Todo era mucho más simple y emocional: Norma quería conocer a su abuelo. Había caído enfermo de cáncer antes de que ella naciera y, aunque la guerra fue larga, la terminó perdiendo.

No obstante, una noche oyó un cuento. Una historia que hablaba de un portal que podía llevarte donde quisieras. Allí donde tu corazón realmente quería estar. Desde entonces, Norma se lanzó decidida a la complicada tarea de encontrar ese lugar y conocer al hombre que le dio la vida a su madre.

Convencida de que un ser superior quería apiadarse de ella, luchó como solo ella sabía para hacer su deseo realidad. Así, después de muchos sacrificios, llegó hasta donde estaba el portal. Con lágrimas de emoción que había contenido durante muchísimo tiempo, se arrodilló ante él y se dejó invadir por la luz cegadora que lanzaba a lo largo del túnel.

Por fin, abuelo… Por fin.

Y, avanzando a gatas, entró en él. Y se encontró en un prado de flores con aquel señor esperándole.
Nota de autor: Aún tengo bastantes grupos de palabras pendientes, así que aquí estoy, escribiendo. Las palabras que he tenido que usar para este relato son de Joh Ann Guh, de Facebook. La lista estaba formada por portal, superior, difícil, poder y luz.

El nigromante

El gato negro paseaba haciendo sonar su cascabel. Resultaba una escena demasiado adorable en comparación con lo que estaba haciendo su amo, el cual removía en un caldero enorme la sangre y las vísceras de unos montañeros que habían tenido la desgracia de acercarse demasiado a su territorio.

Sumido en un delirio lleno de sadismo, el nigromante seguía removiendo su repugnante brebaje, como un cocinero mezclaría su potaje. La oscuridad había devorado hacía ya mucho tiempo hasta el último resquicio de luz que podía quedar en él, convirtiéndolo en un ser belicoso y sediento de destrucción.

A pesar de todo, su gato le quería. Nunca le había tratado mal, y siempre que lo necesitaba era bien alimentado con leche o salmón. Quienes le habían conocido antes de cambiar radicalmente pensaban que ese hombre había caído en la más profunda de las ignorancias, pero el felino sabía que no era así. Simplemente su visión del mundo le llevó a alejarse de todo aquello cuanto conocía, volviéndose un ermitaño dedicado a las artes oscuras.

¡Por fin! Si nada sale mal, hoy podremos ver el futuro. ¿No te parece genial, Rubicante?

El animal maulló de satisfacción. Al fin y al cabo, su dueño era como cualquier otro humano, con sus propios sueños y aspiraciones.
Nota de autor: Continúo con el reto que he lanzado al aire. En este caso, las palabras que he tenido que utilizar me las ha dado Ánllelo Asdfasdf en Facebook y son nigromante, delirio, cascabel, ignorancia y belicoso. 
Por cierto, el nombre del gatito me lo he sacado de Final Fantasy IV. Rubicante es uno de los cuatro archidemonios elementales que sirven a Golbez durante el juego. En este caso, Rubicante representa el fuego.

Quetzacóatl

El náhuatl siempre le había parecido una lengua encantadora. Le recordaba a sus antepasados mexicas, aquellos que vivieron para fundar lo que sería la base de su país. Aquellos que creían, desde su conocimiento ancestral, que para apaciguar a los dioses, estos debían ser recompensados con sacrificios humanos.

Hoy en día muchos pensarían que ofrecer vidas humanas a cambio de calmar a seres intangibles era algo monstruoso e inhumano. Pero Yareni podía escuchar a Quetzacóatl, a diferencia de aquellos que vivían absorbidos por la tecnología. Cuantos más circuitos y electricidad incluían las personas en sus vidas, más sordos se volvían a los designios de los dioses.

A pesar de la sordera de los descendientes de aquellos seres humanos que tanto le habían venerado, la serpiente alada seguía reclamando, sin recibir respuesta. Le enfurecía en lo que se había convertido el mundo, y la única manera de solucionarlo era recibir la sangre de alguien que creyera firmemente en sus designios.

Por eso encontraron a Yareni muerta. Sin violencia, sin aparente dolor y sin apenas explicaciones. Solo una simple nota. “Quetzacóatl me necesitaba. A mí y a todos los hijos de los mexicas”. Aunque la sangre de la joven no era suficiente para contentarle y proteger a sus fieles.
Nota de autor: Este es el tercer texto del día. En este caso, las palabras me las ha dado LMK Edward desde Facebook. Sus palabras son náhuatl, mexicas, sacrificios, tecnología y monstruoso.

El agente de aduanas

Trabajar en una aduana nunca era igual. Y menos en un país como Australia, donde podían confluir fácilmente viajeros de cualquier país por trabajo, por placer o, simplemente, para hacer negocios turbios.

Henry aún recordaba sucesos tan increíbles como aquella vez que un supuesto turista chino había camuflado cocaína dentro de un caleidoscopio, más concretamente detrás de los espejos que hacían que el juguete funcionara. Ingenioso, pero no lo suficiente como evitar haber sido descubierto.

También rememoraba con muchísimo humor a aquel turista que venía de Hawaii expresamente a surfear. Lo extraño no era el motivo de su viaje, sino lo que afirmaba respecto a su tabla de surf. El surfero, con una sonrisa llena de la característica pestilencia marihuanera, decía a todo el mundo que su tabla estaba enteramente formada de magma. Era gracioso, aunque no podía evitar sentir cierta pena por los gustos del chico.

Y como esas, Henry tenía muchas anécdotas sobre aquel trabajo que tanto le apasionaba. Aunque él estaba encantado con su contrato, había detalles que no le parecía bien que fueran tan vinculantes como el resto. Como las vacaciones. Pero pronto acabarían y podría volver a sus insólitas aventuras como agente de aduanas, hasta que otras vacaciones le obligaran a alejarse de aquello que le hacía sonreír.
Nota de autor: Sí, es otro relato que he escrito con cinco palabras que me han dado. En este caso, me las ha dado Bea Gurutzarri desde Facebook. Las palabras propuestas han sido caleidoscopio, magma, aduana, pestilencia y vinculante.
¿Se nota mucho que me gusta cierto programa de Discovery Max? Lo echo de menos.

Fantasía Final

-¡Maldito Sefito! –vociferaba una chica mientras devoraba una pizza con demasiado queso como para ser considerada saludable-. ¿Pero cómo es posible? ¡Me ha lanzado tres Super Nova seguidas!

La joven, furiosa con el videojuego al que jugaba, decidió que lo mejor era apagar el ordenador y no volverlo a encender hasta que se le pasara el enfado. Por su propio bien. Así que salió a pasear para desestresarse.

La gente de la calle le parecía muy rara. Melenas teñidas de cualquier color imaginable, dilataciones en lugares impensables, tatuajes que bien podían ser los de un miembro de la Yakuza y mil cosas más que le parecían curiosas. Demasiado extrañas en lo que ella recordaba como humanos.

-Todos locos –susurraba la joven atusándose su pelo negro y tratando de pasar desapercibida-. Toooooooodos locos.

Viendo que ella era demasiado normal para ese mundo que se había vuelto loco en su ausencia, decidió que lo mejor que podía hacer era ir al supermercado, comprar más pizzas de aquellas que tan loca la volvían, algo de bebida energética, cosas dulces y, con la misma, volver a casa.

Al fin y al cabo, en su mundo de fantasía no era más que un guerrero que luchaba por salvar el mundo. No el más guapo. No el más listo. Pero ella era feliz en su fantasía final.
Nota de autor: esto lo escribo por un reto que he lanzado en mi Twitter y en mi página de Facebook, consistente en que vosotros me dais cinco palabras y yo escrito un relato con ellas. En este caso, las palabras eran Sefito, pizza, queso, Yakuza y ordenador y me las ha dado @WolfZombified. 
En cuanto a Sefito, la palabra surgió de un amigo, que llamó así a Sephiroth accidentalmente. ¡No se lo tengáis en cuenta, que tiene su gracia!

5 de septiembre de 2014

¡Diez mil gracias!


Ayer este blog que estáis leyendo llegó a las diez mil visitas. ¡En menos de un año! Por ello, me gustaría compartir mi alegría y mi agradecimiento con todos vosotros dedicándoos esta entrada de blog. Muchas gracias a todos los que seguís el blog, los que leéis todo cuanto publico, a quienes me seguís por alguna de las redes sociales de las que dispongo, a quienes tenéis la buena costumbre de dejar comentarios e incluso a aquellos que vienen de paso. De verdad, ¡muchas gracias a todos!

Me gustaría agradecéroslo de una manera más material, pero por las circunstancias de mi vida me es imposible hasta rifar un vale para Amazon o alguna librería. ¡Pero no os preocupéis, que voy a seguir escribiendo y dando señales de vida por aquí! Como he hecho desde que empecé este blog.

¡Gracias por leer!

Safe Creative

Safe Creative #1407230131143