19 de diciembre de 2013

Capítulo 8 - Buscando... ¿Inspiración?


Castlevania, una buena inspiración desde siempre.

Lidiar con un bloqueo no es fácil. Sobre todo si este bloqueo te lleva acompañando cual losa de hormigón desde hace la friolera de diez meses. Y, por eso, como está visto que si no muevo ficha de alguna manera no voy a progresar, trato de hacer todo lo posible para que termine mi bloqueo. ¿Todo? Todo.

Me planteo seriamente jugar algún Castlevania. Aunque ya he jugado a unos cuantos y puedo corroborar que son buenos juegos salvo el de 3DS, ese fuchi. También intento escuchar música que pueda darme alguna idea sobre cómo seguir desde el punto en el que me he quedado atascada. Y, sobre todo, busco alguna lectura.

Y ahí fue cuando entró Wattpad en escena.

Como mi nuevo móvil me permite instalar aplicaciones Android, cotilleando un poco en Market encontré la aplicación. Y como decían que se podía leer gratis, pues me dio por probar. ¡Pero sorpresa! La última versión de la aplicación no es compatible con mi móvil. Después de una pequeña búsqueda de una versión antigua, pude instalar la aplicación sin problemas. Y ahí fue cuando me di cuenta de que había cometido un gran error.


Eso, damas y caballeros, fue lo que encontré explorando la sección de vampiros. Fan fics. Toneladas de fan fics. La inmensísima mayoría de Crepúsculo y de One Direction. Milagrosamente, la aplicación se libró de ser desinstalada ipso facto. Pero era ir curioseando y ponerme cada vez peor. Porque todo era más de lo mismo. Porque no encontraba nada que realmente quisiera leer y/o pudiera inspirarme en cierta manera.

Comprendo que el mito del vampiro está impregnado de un erotismo bastante fuerte. No en vano, a Drácula en más de una ocasión se le ha atribuido más de una novia o poderes de seducción que ya quisieran muchos humanos para sí. De hecho, se suele considerar a las vampiresas como femme fatales que solo buscan obtener placer a costa de humanos que caen rendidos a sus encantos. Pero de ahí a convertir a sus ídolos en unos simple donainmortalidades prácticamente humanos hay un trecho muy, pero que muy grande.

De ahí que directamente haya perdido todo interés en esa página. Porque busco algo bastante concreto. Algo que explore la naturaleza depredadora de un vampiro. Ese lado oscuro que hace que se olvide de todo con saciar la sed de sangre que taladra su existencia con toda clase de tormentos, físicos y psíquicos. Por no hablar de otros elementos similares que voy a necesitar sí o sí y que no encuentro.

Es lo que pasa cuando quieres algo radicalmente diferente a supuestos señores de la noche que brillan a la luz del sol o, simplemente, huir del mito mainstream para darle un poco más de coherencia al asunto, aunque solo sean mitos y siempre va a haber más de una versión. Que cuando empiezan a surgir preguntas complicadas, la respuesta a esas preguntas suele ser más complicada todavía.

15 de diciembre de 2013

Capítulo 7 - Guaridas


Poco a poco me voy asentando en algunos sitios que me pueden parecer interesantes para desconectar y conseguir escribir algo que o sean venganzas estúpidas e inconexas. Cosas de la energía negativa que dejó alguien en esa casa, me imagino...

Ayer fui a escribir donde dije: el Pans del ayuntamiento. Quitando la escena navideña del centro, lo cierto es que fue una hora y media bastante productiva, puesto que conseguí dejar muy claras las bases de un elemento que necesitaré desarrollar en un futuro. En cuanto a hoy, estoy en el sitio que veis en la foto. Por lo que parece, es un local especializado en la venta de churros y chocolate, aunque supongo que tendrán más cosas.

Llevo una media hora y nadie ha venido a echarme la bronca. De hecho, ni siquiera han venido a ver si quería algo, a pesar de que esta terraza pertenece claramente al local. Y la hora y media de ayer en el Pans igual. Hasta pude merendar con cosas que había cogido de mi casa sin que pasara nada. Nada salvo un tipo que se quedó embobado conmigo. Es una historia poco interesante, la verdad.

Obviamente, no haré esto todos los días. Primero porque mi trabajo no me lo permite. Y segundo porque no es lo mismo que se te siente alguien random en la terraza una vez o dos a la semana que todos los días, puesto que esa silla y esa mesa que se ocupan son parte de tu negocio, aunque sea invierno. Por eso voy a tratar de tener dos sitios en Torrent y otros dos en Valencia. Para ir rotando. Por si alguna vez estoy demasiado inspirada o necesito escribir algo en un ambiente que no me afecte negativamente. O simplemente para no arruinarme en viajes en metro.

Espero que esto me ayude a estar un poco mejor. Llevo desde febrero sin poder escribir una palabra a derechas en Crónicas del Sol Oscuro. Aunque antes tenía excusa por el hecho de que mi otro ordenador estaba prácticamente en siniestro total o que no tenía tiempo, ahora que podría dedicar fácilmente tres horas al día como mínimo y tengo un equipo propio que funciona relativamente bien no tengo excusa para no intentarlo aunque sea. Y me duele estar así de bloqueada, porque en cierta manera esa historia es mi alma. Y si por lo que fuera no consigo escribirla, no me iría satisfecha.

Ojalá esto me ayude. Ojalá.

12 de diciembre de 2013

Capítulo 6 - Preparando mis cosas


Vale, aún no tengo un sitio fijo que me guste para escribir. De hecho, aún sigo a la caza y captura de ese sitio en el que pueda pegarme horas escribiendo sin que me pasen cosas extrañas, como camareros mirándome mal, gente demasiado curiosa o hombres aleatorios intentando ligar conmigo. No, no os riaís, que ayer me pasó. Historias que no vienen a cuento.

Mi plan es ir el sábado (espero que por la mañana, aunque no depende de mí) o el domingo a un sitio en el que ya he estado muchas veces y en el que tengo la total y absoluta certeza de que se puede estar sin hacer consumiciones sin que los empleados del lugar te miren como si fueras la cosa más gorrona del universo. Me refiero al Pans del Ayuntamiento.

He de confesar que no es exactamente lo que quiero, ya que las mesas exteriores, al estar a la intemperie, son un lugar demasiado vulnerable para mi gusto. Pero sabiendo que ahí puedo estar sin que nadie me moleste, me es suficiente, de momento. Aunque si voy algún día por la tarde corro el riesgo de verme envuelta en una de esas épicas guerras entre jubilados por hacerse con una silla libre para sentarse. De todas formas, con el frío que hace, no creo que haya muchos valientes por esos lares.

Confieso que, a pesar de todo, me hace ilusión. Porque soy consciente que necesito alejarme de esta casa para no sentirme tan mal. Y porque de momento me estoy dedicando a trazar algunas ideas para cuando sea capaz de retomar Crónicas del Sol Oscuro. De ahí todo lo que veis en la foto, aunque sea un poco de lo que necesitaré llevar encima.
  1. Diario (?): Aquí es donde apuntaré mis ideas con su consecuente desarrollo para poder usarlas llegado el momento. Ya tengo alguna que otra cosa escrita, pero tengo tal cacao de ideas ahora mismo que más me vale ir dejándolas desarrolladas si no quiero volverme loca.
  2. Portalápices: Aquí llevo lo más socorrido que necesitaré para escribir, tales como mi famoso lápiz de culo verde; bolígrafos Bic azul, rojo, negro y verde; una goma Milán blanca y un afilador, que como casi todo el set, es de Yu-Gi-Oh! GX.
  3. Estuche: Esto es la reliquia de mi colección personal. Básicamente porque lo tengo desde hace unos cuantos años (creo que cuando empecé bachillerato...) y lo encontré en un bazar chino. Como todo, la verdad. Pero no comparemos Valencia con una isla al lado de África. No comparemos. Resumiendo: aquí llevo más material, pero que no importa que tenga más escondido, como lápices y gomas de repuesto, una regla para subrayar, cinta adhesiva u otro afilador, más grande y aseado.
Llevo más cosas, como una carpeta con folios por si necesito escribir algo aparte de mis ideas. O, si veo que no me es demasiado problemático llevarlo encima, mi netbook con la batería a tope. Aunque si es para mirar algún dato puntual, siempre puedo contar con mi móvil. Ay, quiero que sea sábado ya >.<

10 de diciembre de 2013

Capítulo 5 - Buscando sitio


Es hora de que lo admita de una vez por todas. No me gusta escribir ni una sola palabra en esta casa. Siento que hay un algo (llámalo energía) que no me sienta precisamente bien. Por ello, si permanezco demasiado tiempo en esta casa, empiezo a sentirme mal sin lógica alguna. Lo peor es que esa sensación de angustia y malestar se acentúa cuando tengo que bajar al sótano. ¿Será porque hay un pequeño santuario personal cristiano ahí debajo? Creo que es mejor que no lo sepa por el momento.

Aparte de esta cuestión, lo cierto es que mi habitación no es el lugar idóneo para escribir. Cierto es que tengo un espacio mio personal y que, quitando un par de sucesos, es inviolable. Pero no tengo un escritorio o nada parecido donde pueda sentarme alguno de los ratos en los que estoy sola en casa y escribir algo. Lo que sea.

Entonces comprendí que no me quedaba más remedio que buscar un sitio. Fuera.

Empecé por lo más sencillo: corretear por donde vivo a ver si por un casual había alguna cafetería o bar que me gustara, no muy caro y en el que no me miraran demasiado raro por ir, posiblemente, a gorronearles un enchufe y wi-fi. Aunque solo fuera, como mucho, un sábado y un domingo. Pero parece que, de momento, no existe tal perfecto lugar...

Por suerte, alguien me recomendó una cafetería literaria en Valencia. Y como no vivo muy lejos de allí, fui el sábado con mi mochila y mis cosas a probar suerte. Después de llegar, perderme, tener que encontrarme gracias a mi nuevo y pijo móvil y, por fin, encontrar la calle, pensé que había llegado a una especie de paraíso. ¡Qué equivocada estaba!

Os seré sincera. Ni siquiera pude entrar. Se ve que en ese momento estaban haciendo alguna actividad y había una cola para entrar bastante impresionante. Y cuando me di cuenta de que por dentro era todavía peor, supe que aquel sitio no era para mí. Es decir, lo poco que vi me hizo ver que mi viajecito hasta allí había sido únicamente para gastar dos viajes de mi abono de metro. Y así fue como ese día no escribí ni una mísera palabra, aunque pude cotillear en alguna tienda del centro antes de volverme a casa.
Todavía sigo buscando sitio para escribir. Lo cierto es que mientras sea acogedor, no muy caro y esté en Valencia o por su zona metropolitana (preferiblemente en Torrent) me es suficiente para ir a mirar, probar, y ver si es el sitio que necesito. Prometo contaros por aquí cómo me ha ido si es que me hacéis llegar alguna recomendación.

4 de diciembre de 2013

Capítulo 4 - NaNoMoFo

Te cojo la imagen prestada, Patrick~

Al contrario de lo que pensaba el día 1, este año ni NaNoWriMo ni narices. Y todo se resume en una razón: la vida es cruel.

Tenía algo sobre lo que realmente quería escribir. Tenía una motivación fuerte y sincera para hacerlo. Tenía los medios. Tenía hasta el tiempo para ello. Lo tenía todo. Y me quedé sin lo más importante.

Sé muy bien por qué ha pasado. Y lo cierto es que, ahora mismo, mientras menos mencione la causa, mejor para todos. Podría contaros como me siento a nivel personal con todo esto, pero yo no he venido hasta aquí para escribir sobre ello. Estoy aquí para dar la visión literaria del meollo. Podréis compartirla o no, pero no podréis discutir mi sinceridad respecto a lo que siento.

Escribía con la ilusión del: "Sé que todo esto acabará pasando algún día. Tarde o temprano, pero pasará". Solo por eso. Y esa premisa, aunque parezca absurda e insignificante, me daba fuerzas para escribir, aunque empecé con Inicio Lento (?). Confieso que escribir me hacía tremendamente fuerte y me daba más ilusión para afrontar la situación. En resumidas cuentas: era feliz escribiendo.

Pero pasó. Ojalá pudiera haberlo evitado. Pero pasó. Sin entrar en dramatismos extensos y gratuitos: me jodieron viva y hasta muerta. Entonces, la premisa que me ayudaba a escribir se invirtió totalmente y se convirtió en: "Se acabó. Ya ni siquiera sé si esto algún día será real. Y lo que es peor: estoy perdiendo la esperanza de que así sea."

Y lo dejé en 13.725 palabras.

Soy consciente de que, en el caso de un escritor de fantasía, lo que escribe tiene posibilidades prácticamente nulas de volverse real. El problema es que, cuando abandono el campo seguro que me es la fantasía y me sumerjo en algo más personal, las premisas de la fantasía me vuelven una sujetalápices totalmente indefensa ante las nuevas normas. Y siento que es eso lo que me ha pasado.

No sé si volveré a participar en algún NaNoWriMo. Aunque ha sido una experiencia enriquecedora, confieso que ahora mismo guardo recuerdos bastante negativos. No solo por todo lo que he escrito, sino porque conocí la competición gracias a alguien que ha decidido salir de mi vida. Y prefiero no estar todos los noviembres del resto de mi vida comiéndome la cabeza por alguien que ya se ha ido.

De hecho, ni siquiera sé si acabaré el texto que estaba escribiendo.

Recordadme que si alguna vez consigo tener mi propio grupo de música, escriba una canción titulada Bury me in november o algo por el estilo. Y eso que era mi mes favorito...

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