24 de febrero de 2014

Reto ¡Yo escribo! [1ª pregunta]

Sé que tengo estas entradas pendientes desde hace bastante tiempo. Y la verdad, mi estado de ánimo no acompañaba para escribir nada por estos lares. Así que ahora que me siento mejor, procedo a ponerme al día con este reto, y así de paso le insuflo un poco de vida a este blog.

Para los que no sepáis en lo que consiste el reto ¡Yo escribo!, es una iniciativa de Eleazar Herrera, llevada a cabo desde su blog, Eleazar Writes. Si os interesa, os invito a informaros. Aunque hoy se hará pública la última pregunta de las ocho en las que consiste el reto, podéis hacerlo cuando queráis, así que no tenéis excusa. Sin más dilaciones, mi primera pregunta:

¡Escritor! ¡Escritora! Descríbete: no hay límites.

¿Cómo describir algo que, directamente, se sale de lo común? Supongo que desde el principio...

Aunque para el mundo cibernético prefiero usar el seudónimo de Tangoth (O Neutryne en Twitter), lo cierto es que ciertamente no uso ningún seudónimo. Salvo un relato que ganó un pequeño concurso, cuando yo todavía estudiaba en secundaria. La experiencia de escuchar tu nombre en toda tu isla es increíble. Aunque hace muchos años de eso, con todos los cambios que mi prosa y yo hemos sufrido desde entonces.

Realmente no soy consciente del momento en el que empecé a escribir. Podría decir fácilmente que comenzó a surgir el gusanillo cuando empezaba a pulular por varios foros de Pokémon. Aunque, pensando fríamente sobre mi niñez, puedo darme cuenta de que ese deseo de escribir estaba ahí. ¿Siempre lo estuvo? Es muy posible.

No me gusta cerrarme a nada. Procuro no ponerme ataduras a mí misma. De ningún tipo. No obstante, tengo que confesar que, si hay un género en el que me siento realmente cómoda, es en el de la fantasía. Aunque normalmente procuro combinarla con otros, como la aventura, la novela histórica o incluso pequeñas dosis de ciencia-ficción y hasta novela romántica y erótica. ¡Viva la variedad!

A pesar de mi edad (unos 22 años más o menos bien colocados), aún no he podido terminar ningún proyecto de los que he empezado. No es por falta de pasión en lo que hago, si no que soy un poco demasiado veleta. Si hoy estoy trabajando en una cosa y mañana tengo una idea que considero que merece toda mi atención, soy capaz de dejar en segundo plano lo primero que estaba haciendo, dejándolo caer en el olvido sin ser consciente de ello. Sé que este es uno de mis grandes defectos, pero procuro lidiar con él porque sé que a la larga no me será nada beneficioso.

Aunque ahora mismo estoy todo lo involucrada que puedo en una saga que estoy escribiendo, lo cierto es que apenas le estoy dedicando tiempo por razones profesionales. Por mucho que lo desee en mi corazón, no estoy viviendo de las letras, por lo que solo puedo dedicarle tiempo como si de un hobby se tratara. Por ello, avanzo a un ritmo demasiado lento para mi gusto. En cambio, cuando dispongo de tiempo, soy capaz de estar todo el día delante del ordenador, escribiendo, releyendo y corrigiendo. Soy demasiado perfeccionista. En todos los aspectos de mi vida. Y en este creo que lo soy todavía más.


Como último dato, soy de las que viven total y absolutamente convencidas de que a escribir se aprende escribiendo. Es cierto que hace falta una base, que se consigue leyendo o culturizándose mucho. No obstante, a la hora de verdad, aunque el leer mucho ayuda, no es suficiente. Por eso es muy importante dedicarle algo de tiempo a escribir. Todos los días. Aunque sea media hora. Pero, siempre, escribir algo. Lo que sea. No hay libros y estudios que te hagan desarrollar más tu forma de escribir que echarle voluntad. Regar esas letras de tu mente como si de una planta se trataran. Con la salvedad de que esta planta tan especial no morirá si te pasas regándola.

Safe Creative

Safe Creative #1407230131143