9 de agosto de 2014

Con todo mi odio


Maldigo la tierra que pisas. Maldigo los rayos de sol que te iluminan. Maldigo la brisa marina que refresca tus noches. Por maldecir, maldigo hasta el aire que respiras. Por haberme herido, sin yo haberte hecho nada.

Que todas las lágrimas que he llorado se claven en tu piel como cuchillos afilados. Que mis gemidos de dolor se conviertan en el único sonido que escuches. Que todos y cada uno de los latidos de mi corazón te hagan entender que solo apareciste para causarme dolor.

¿Aún no es suficiente? Bien, pues deseo que tus labios sepan a bilis. Que tu piel sea fría y cortante como un cristal roto. Que tu corazón no sea más que una sombra de lo que tú hiciste conmigo. Así, te condeno a ser esclavo de tu propia soledad. Por tocar lo que no es tuyo, sin pensar que ya había una razón detrás de esa sonrisa que has matado con tus mentiras.

Que tu vida sea larga, pues mi castigo es demasiado benévolo para lo que has hecho. Tal vez, cuando mueras, Satán se apiade de ti. Pero no cuentes con ello, pues el Infierno está lleno de violentos y mentirosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por tu comentario! No te preocupes si tarda un poco en aparecer, pues la moderación está activada ;)

Safe Creative

Safe Creative #1407230131143