30 de junio de 2014

¿A quién le importa?


A nadie le importa que nunca quiera ir a clase. Que, si voy, siempre vuelva a casa llorando y sin ganas de hacer nada. Que mi piel esté continuamente sembrada de moratones que bien podrían confundirse con el arcoiris. Que no quiera relacionarme con otros chicos de mi edad y prefiera dedicar mi tiempo a estar a solas conmigo misma.

Lo peor es que siempre soy yo la culpable. Da igual lo mucho que grite o proteste, que quienes pueden hacer algo por parar este infierno nunca hacen nada. Hasta el director siempre dice que es por mi culpa. Es culpa mía ser diferente, ¿verdad? Por eso me merezco que me insulten, me tiren del pelo, me escupan, me peguen y me hagan sentir inferior a ellos día sí, día también.

Pero no os preocupéis. Papá, mamá, profesores, director… Se acabó. He intentado explicaros lo que sucede de mil formas distintas y solo he recibido un millar de maneras diferentes de ignorarme. No os importa lo que me pase ahí afuera y tampoco es que yo os importe mucho, así que hasta aquí he llegado.

¿Sabéis que es lo peor? Que cuando leáis mi “Perdón por la sangre” seguro que ya no os resulta indiferente, hipócritas de mierda.

1 comentario:

  1. Hola. Lo acabo de leer y sí, quiero que formes parte del proyecto que te mencioné sobre el acoso escolar. Quiero que estés en ello porque, a mí, sí me importas.

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por tu comentario! No te preocupes si tarda un poco en aparecer, pues la moderación está activada ;)

Safe Creative

Safe Creative #1407230131143