4 de septiembre de 2016

R.A.I.N.B.O.W.

No encontré fuente D:
¡Pero escucha esto!
Era un día tan anodino como todos los que había vivido. Flandre solo veía a su alrededor su inmensa habitación. ¿O debería verla como una celda?

Había cientos de peluches destrozados por el suelo, víctimas de sus abrazos. Y las paredes, de un color rojizo mucho más suave que el escarlata de su vestido, estaban llenas de agujeros y abolladuras.

-Yo solo quiero jugar... -susurró apesumbrada mientras se sentaba en su cama y se abrazaba las piernas.

El único contacto que Flandre tenía con alguien que no fuera ella misma era cuando Sakuya la visitaba con el único objetivo de dejarle algo de sangre. Pero la sirvienta nunca la tocaba y, mucho menos, aceptaba sus imperiosas peticiones de compañía.

Aquella soledad solo conseguía que fuera más destructiva con todo aquello que la rodeaba, de ahí los cientos de restos de algodón que reposaban esparcidos en el suelo. La frustración le daba más poder, y la única forma de cambiar aquello era encontrar alguien que quisiera estar con ella.

El aroma del desayuno llegaba a sus fosas nasales tímidamente. Seguramente Sakuya la había encontrado durmiendo y, para no importunarla, simplemente depositó la ración de la pequeña vampiresa y desapareció sin dejar rastro. Sin embargo, había cometido un error: la puerta estaba entreabierta.

Cuando los ojos carmesí de la pequeña descubrieron aquel descuido adquirieron un brillo lleno de vitalidad. Entonces, Flandre lo tuvo claro. Había llegado la hora de jugar. Sin pensarlo, cogió su preciada Lævateinn y salió volando de allí, dejando un rastro arcoiris tras ella.

No mucho después, una risotada llena de inocencia infantil invadió la Mansión Escarlata. Por fin su aburrida cárcel se convirtió en su zona de juegos.
Nota de autora: Llevo un año queriendo escribir esto. ¡Un año! Sé que es mucho tiempo, y he tenido muy buenas razones para no poder escribir nada medianamente literario. Pero espero poder volver a escribir, aunque sea poco a poco. Además, me siento muy feliz de que mi primer fic de Touhou sea para Flandre Scarlet. No es mi personaje favorito, pero admito que me parezco más de lo que me gustaría a ella. Quizá yo también viva en una cárcel llena de peluches rotos esperando a un compañero de juegos. Quién sabe.

Por cierto, esto ha sido prácticamente escrito sobre la marcha. Así que quizá tenga algún gazapo. Si no, admito que ha sido genial.

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