8 de abril de 2015

De miembras y lideresas

Normalmente no me suelo meter de manera muy profunda en asuntos lingüísticos porque a veces me siento como si no tuviera la capacidad suficiente para filosofar sobre el asunto. Aunque yo sepa que no tengo razón para pensar así. Hoy es una de las ocasiones en las que me atrevo a mojarme. A empaparme, más bien.

La lengua es un ser vivo. Es una afirmación. Un mantra. Una realidad. No porque yo lo diga desde mi posición de proyecto de escritora y ya. No voy a recurrir al típico ejemplo de El Quijote y el español de hoy, porque se me ocurre una comparación mucho más cercana: ¿tus padres y tú habláis de la misma forma? ¿Usáis las mismas palabras? ¿Las mismas expresiones? No, ¿verdad?

Y es que, por mucho que a algunos les incordie, la lengua se adapta al mundo. Porque hace unas décadas lo más normal era decir que ibas a un guateque, cuando ahora lo normal es usar el anglicismo party hard para ello. Hay muchos más ejemplos como este, pero no vengo a detenerme con eso.

¿Alguien recuerda el escándalo que surgió porque una ministra usó "las miembras"? Se la tachó de ignorante e inculta por el simple hecho de usar una palabra que, en el modelo normativo, carece de una forma femenina terminada en -a. Incluso miembros de la RAE desacreditaron la utilización de esta palabra.

Eso sí, en los últimos tiempos está floreciendo en la prensa la palabra lideresa, referida especialmente a una persona concreta. Seré sincera: la primera vez que la vi me quedé en shock. No por nada, sino porque nunca me habían dicho que líder tenía una forma femenina variable, como lo es lideresa.

¿Pero por qué nadie ha dicho nada del segundo caso?

Después de bucear un poco por internet, al parecer, la forma lideresa es de uso común en América Latina, aunque su uso en España está empezando a ser cada vez un poco más frecuente. O eso al menos es lo que indica el Diccionario Panhispánico de Dudas.

Vale, ¿y? Aeromoza resulta que es un sinónimo de azafata y bien que hubo quejas en su momento porque incluyeron la primera palabra en el DRAE.

A donde pretendo llegar: ¿por qué hay ciertos usos que están mal vistos mientras que otros son mirados con desprecio, aunque existieran fuera de un ámbito geográfico concreto? Fácil, porque la novedad choca con el modelo que se nos ha enseñado. Lo vemos feo, como si fuera un exabrupto y una patada al libro de marras. Yo pensaba así cuando vi "lideresa" por primera vez.

Resulta que no todo lo que no está recogido de forma oficial es incorrecto. Vale que hay un universo de haigan, pusistes, hubieron llovido y demás errores que sí que son imperdonables. Pero la lengua cambia. Se adapta a las personas que la hablan. Necesitamos designar nuestra realidad. Y hacer que la lengua nunca progrese es una forma de sabotear nuestro propio avance.

Así que, la próxima vez que leáis algo y veáis una palabra extraña. si la buscáis en el diccionario y veis que no está, no penséis que quien ha escrito esa lectura era un ignorante. Quizá necesitaba ese neologismo, juego de palabras o lo que fuera. O, simplemente, quería romper con lo establecido. O llamar tu atención de forma premeditada. Como el terminar una frase de una forma que no mariposa.

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